ENCUESTA DISFRACES: RESULTADO Y CONCLUSIONES

            Antes de Halloween, cuando se iba acercando la fecha para esta fiesta, ya se veía que por la pandemia no se iba a poder celebrar como en otros años. En Tu Punto Hot nos gusta Halloween, sobre todo poder disfrazarnos y organizar algún evento terrorífico. Por terrorífico nos referimos a terroríficamente divertido y morboso.

Lo dicho, este año ni evento ni disfraces. Y viendo el panorama tampoco está la cosa para disfrazarse en Navidad, ni lo estará para Carnaval. Sean disfraces para salir a la calle o a locales a disfrutar de las fiestas, o sean para tener fiesta en locales o en la privacidad de casa. Aquí deberéis entender que hay dos tipos de disfraces: los que se pueden mostrar en público y lo que son para disfrutar en privado. De los primero no tenemos pero de los segundo disponemos de una buena selección en la tienda.

Los disfraces dan la opción de encarnar un personaje durante el tiempo que los llevemos puesto, esconder nuestro yo habitual y disfrutar con menos tapujos de la fiesta. Los que tenemos en la tienda tienen un plus erótico-festivo, disfraces que muestran lo necesario, insinúan lo suficiente y consiguen subir la libido de cualquiera.

Hemos comentado que en Tu Punto Hot nos gusta disfrazarnos en Halloween, pero además en cualquier ocasión que lo requiera. Nos hemos quedado con las ganas y creemos que muchos lectores y amigos también. Para saber la relación que tenéis con los disfraces realizamos una encuesta anónima sobre este tema. Acabada la encuesta mostramos aquí lo que dio la misma.

            Después de analizar todas las respuestas recibidas el resultado se reparte de la siguiente manera: el 55,55% de los que participaron fueron hombres, siendo el restante 44,45% mujeres. Todos heterosexuales con pareja. De este grupo de personas al 33,35% le gusta disfrazarse en Halloween, a un 11,10% en Carnaval, a un 44,45% en cualquier ocasión (Halloween, Carnaval, Navidad, o cuando se tercie) y a un 11,10% no le gusta disfrazarse nunca. Eso sí, al 100% le gusta los disfraces sexys, aunque sólo un 22,25% haya usado alguno en contra del restante 77,75% que nunca han llevado uno puesto. En cambio al 88,90% le gusta que su pareja se disfrace frente al 11,10% que no tiene interés en ello. También se preguntaba qué disfraz les gustaría usar, cosa que veremos más adelante.

De estos resultados podemos extraer que a todo el mundo le gusta los disfraces sexys aunque a algunos les gustan para que los lleve su pareja, y viendo el tipo de participantes en la encuesta son sobre todo los hombres quienes gustan de ver a sus parejas luciendo alguno. Pero sorprende, viendo que al 100% le gustan los disfraces sexys, que sólo menos de una cuarta parte haya utilizado un disfraz sexy (sea el modelo que sea). Destaca también quienes les gusta disfrazarse en cualquier ocasión, nos suponemos que quienes se disfrazan sólo en Halloween o en Carnaval lo hacen para participar de algún evento, y destacable también que haya personas que no le guste.

            Quizás el motivo de las personas que no se han disfrazado nunca o que sólo una parte haya usado algún disfraz sexy cuando a todo el mundo les gusta se deba a que no han tenido a mano el disfraz que deseaban en ese momento. En la encuesta también opinaban los participantes de los disfraces que les gustaría usar o, en su caso, usara su pareja. Los 10 más destacados son: vampiro/a, policía, colegiala, cualquier cosa relacionada con el BDSM, gata, camarero, spiderman, enfermera, militar y caperucita roja.

Como veis el surtido es diverso. Algunos los tenemos en Tu Punto Hot aunque, evidentemente, los que tenemos son para crear situaciones erótico-festivas en casa o en algún local concreto sin tener en cuenta la fecha del calendario. Podéis ver los modelos que tenemos subido en la web, que no son todos los que tenemos, haciendo click aquí. 


            Acabamos el post dando las gracias desde aquí a todos los que han participado en la encuesta por su colaboración y esperando que pronto se puedan volver a celebrar fiestas donde lucir ese personaje que vive en nuestras fantasías. 

EL PROFESOR por Ane Zubieta

Tenemos amigos lectores y lectores amigos, y entre todos ellos siempre hay a quien también le gusta escribir, y como buenos amigos comparten con nosotros sus escritos. En esta ocasión presentamos a Ane Zubieta con su primera colaboración. Esperamos que os guste como a nosotros. 

Por fin había hecho amigas. Llevaba más de nueve meses viviendo delante de la puerta principal de la universidad y aún no conocía a nadie. María estudiaba derecho. Era una chica risueña, le gustaba gastar bromas típicas de estudiantes. Recuerdo que insistió en que llamara a uno de mis contactos telefónicos y le contara una historia improvisada e inventada usando las palabras que ella escribió en un papel. Llegamos a tener confianza; un día me confesó que le gustaba un hombre pero que su relación sería imposible porque era su profesor. Aquel mismo día recibí la nota del examen de física de la semana pasada. Había suspendido con un 4. 

El profesor de física era un hombre alto, siempre le había dado un aire a científico loco. Loco pero sexy pues sus pelos alborotados solo eran un claro signo de que le resultaba más importante el contenido de sus clases que peinarse por las mañanas. Llegaba siempre tarde. Yo lo imaginaba sentado, bebiendo café, solo, quince minutos antes de que empezaran las clases, mirando fijamente al horizonte y pensando en la infinitud o en el movimiento ondulatorio de las olas. 

A veces combinaba cierta ropa elegante como una americana vieja marrón con un pantalón vaquero y unos zapatos de cuero; otras lo veías con lo primero que encontraba por casa. Solía ser unos pantalones finos, blancos, con unas sandalias y una camiseta cualquiera casi transparente del uso, que me recordaba a mí misma tumbada en la playa y divagando sobre el universo y las matemáticas. No quiero compararme con él, pues es un físico teórico muy inteligente y muy sabio: aparte de saber acerca de diferentes ámbitos, cobra por ello. 

Cuando procedió a darme una serie de consejos y explicaciones sobre mis fallos en el examen me sentí más feliz que nunca. Mientras él hablaba sobre el sentido del campo magnético, el movimiento de un electrón dentro de él, mientras enunciaba las leyes de Faraday, Lenz, de Biott y Savat, yo escuchaba embobada a la vez que me reía. No podía evitar la risa, pues sus explicaciones me hacían sentir bien, en paz, ponían un poco de orden en el caos de mis pensamientos. 

Mi risa le provocó interés. Vi como sacaba conclusiones en su cabecita de físico teórico mientras me preguntaba el porqué de mi risa. Jamás se lo hubiera dicho. Eso le molestó, ¿cómo no le iba a molestar? Si al igual que yo, lo que más odiamos es que nos nieguen el conocimiento de las cosas. Su molestia la noté muy sutilmente cuando comenzó a debatir conmigo el resultado de uno de los problemas del examen. Siguiendo con un tono bajo y cálido decía que mi razonamiento no tenía "ni pies, ni cabeza", y yo intentaba explicarle el sentido que le había dado. Normalmente te escucha, pero como estaba molesto no lo hacía, lo que me producía aún más risa.

Nuestra sesión de estudio acabó con el sonido de un estúpido timbre que me obligaba a cambiar de clase y de profesor; esta vez el primero en levantarse y marcharse fue él. Reflexioné durante toda la hora siguiente "¿Le habré molestado? ¿Habrá pensado que me reía de él?" No podía con la angustia, así que fui a buscarlo y a disculparme. 

Lo pillé en el pasillo, a punto de entrar en el despacho y me miraba sonriendo muy falsamente, se le notaba de manera exagerada. Su rostro cambió cuando lo cogí del brazo. Se me escapaba, no quería hablar conmigo, pero cuando entramos en contacto se paralizó. "Quiero disculparme por lo de antes, ha parecido algo que no era, espero que no piense lo contrario" Le dije. Eso le gustó, su risa lo delataba. "Tengo hora libre ahora, déjeme invitarlo a un café, por favor" Propuse antes de que se fuese. Para mi sorpresa, accedió. 

En la cafetería no hablamos de nada, solo estuvimos ahí sentados disfrutando del café, eso sí, ninguno dejaba de sonreír. A la hora de pagar, cada uno sacamos nuestros noventa céntimos correspondientes, recuerdo que me hizo mucha gracia y pensé "fíjate, si es como yo", pues ninguno esperábamos del otro que nos invitase.

Saliendo de la cafetería de la universidad, al ver que todo se había calmado, insistí en continuar con la corrección del examen. Segunda sorpresa para mí, volvió a acceder, aunque esta vez me invitó a que lo hiciésemos en su casa. No le hacía falta excusa para invitarme, yo lo imaginaba como un hombre ocupado y supuse que tendría que hacer algo urgente allí. Llegamos en menos de dos minutos, me di cuenta de que vivía en la misma universidad lo que reforzaba más mi teoría de científico. Su casa era un estudio de unos cincuenta metros cuadrados con un pasillo, un baño y una habitación de más. Una cama de matrimonio con sábanas rojas estaba frente a una barra americana que separaba el dormitorio de la cocina de un modo muy estético. En una esquina había un sillón verde, feísimo aunque elegante, se notaba lo viejo que era, al contrario que todo lo demás. La luz que entraba por un precioso ventanal que ocupaba toda la pared, justo enfrente de aquél sillón rasgado, te deslumbraba, haciendo pasar uno de sus rayos por un prisma que había en la mesita de noche y que descomponía la luz en sus siete frecuencias, dejando un precioso arcoiris en la pared. Ahí estaba el escritorio, lleno de papeles, algunos ordenados otros por el suelo. El modo en el que estaban colocadas sus gafas daba a entender que la noche anterior había trabajado hasta tarde, o simplemente eran imaginaciones mías. 

Una vez examiné la casa completa, cosa que no me llevó más de diez minutos, proseguí a entrar en materia. No quería parecer pesada, así que me preparé un tono de voz dulce y lento en mi cabeza, y una sonrisa inocente en la cara. Sin embargo hubo otra sorpresa, la mejor. Justo cuando intenté pronunciar palabra, él estaba muy cerca de mí, tanto que notaba su perfume buscando hueco en mi nariz, y sentía sus ojos analizando como hacían los míos con él. No pude decir nada, me quedé bloqueada con la sonrisa de niña tonta, ahí, de pie, quieta, observando su cuerpo desde la base hasta la tangente de su altura y me besó. 

El beso fue más pasional de lo que podría haber imaginado nunca de dos adictos a los números como nosotros. Tenía unos labios carnosos y llenos de sabor. Noté sus manos agarrando mis brazos cuidadosamente, sentí como si posara mercurio fundido sobre el bloque de hielo que era mi piel. Esa sensación de quemarse o derretirse fue tan satisfactoria que me llenó de vida. Se preveía una clase de anatomía a la que opté por ser la profesora. Ya soñé con un momento así varias veces, sin llegar a creer que esos deseos ocultos fuesen ciertos, pero allí estaba, tumbando a mi profesor de física en su viejo sillón a la vez que lo besaba con un ansia uniformemente acelerada y le quitaba su camisa de cuadros mal abrochada. Cuando lo había desnudado por completo me senté encima suya. Él agarraba mis nalgas como si lo deseara de toda la vida. Yo me quitaba la parte de arriba para dejar a su vista mis redondos pechos y así juzgara su volumen y firmeza. 

Quedaba claro que era un hombre con experiencia, por como colocaba su mano en mi mejilla al besarme y la hundía en el cabello para tirar un poco de él hacia atrás y así morder mi cuello. Yo deseaba lamerlo entero; quería descubrir la curvatura de su cuerpo y el crecimiento de su función, así que me dispuse a ello. Al llegar a sus ingles descubiertas me pensé dos veces qué hacer, si continuar hacia abajo o pararme ahí un rato. Miré de reojo, a un lado y a otro, y me decidí por lo segundo. Llené mi boca con todo lo que pude; en mi imaginación estaba ante un polo de fresa, el más inteligente del mundo. Sus dedos estuvieron buscando mis huecos por todos lados; jugueteó con todo lo que encontraba al paso, mis pezones, mis orejas, mi ombligo, mi clítoris... Después de jadeos, espasmos, impulsos, gritos, después de arder por dentro y mojarme por fuera, decidimos al unísono desahogarnos. 

Hicimos el amor encima de las sábanas rojas, con el ventanal a la izquierda. Me recuerdo boca abajo, él detrás, rodeándome con sus brazos sin dejar que los míos se movieran, apretando mis pechos con sus manos y penetrando su sexo contra el mío a velocidad constante, cuando lo escucho susurrarme al oído en voz baja: "el sentido de una corriente eléctrica viene dado por la regla de la mano derecha", noté sus manos abriendo mis nalgas, "el vector campo magnético y el vector longitud del cable forman noventa grados", introdujo el índice en mi estrecho agujero. Nunca había probado tal cosa, sin embargo entre la sorpresa y la novedad, solo deseaba que metiese lo que en mi vagina estaba. 


Nos quedamos dormidos, desnudos sobre la seda. Para cuando desperté era de noche y las dudas empezaban a molestar en mi cabeza. Aproveché mi insomnio para marcharme sin hacer ruido; fui sorprendentemente sigilosa al reunir de nuevo toda mi ropa y vestirme, no tanto al esquivar los numerosos objetos del pequeño estudio. Aún así conseguí no despertar al profesor que soñaba plácidamente cuando cerré la puerta.

Llegué a casa a eso de la una de la madrugada, cuando mis compañeras de piso yacían cada una en sus respectivos cuartos. 

A esa hora la casa estaba fría, la oscuridad penetraba en el salón. El silencio lo inundaba todo de un ruido ensordecedor interrumpido por el piar de los pajarillos revoloteando cerca de la ventana. De ellos aprendí que la ciudad nunca duerme.

Recuerdo que la ausencia del calor que desprendía el cuerpo de aquél hombre me hacía sentir la soledad en lo más profundo de mis huesos, y sobre todo, de mi mente. Me senté a reflexionar acerca de lo que había ocurrido entre mi profesor de física y yo. Saboreaba un estupendo té que me trajo un chico de Marruecos, mientras mi voz interior hablaba, mejor dicho, me torturaba: "¿Qué has hecho? Otra vez caíste en las garras de la tentación. ¿No eres capaz de aguantar los deseos y decir que no a la lujuria?" Me decía.

Mi voz interior sabía que yo había llegado aquí con la intención de ser un ratón de biblioteca, para estudiar y aprender lo máximo posible sobre la física y las matemáticas. No podía permitirme sucumbir a los placeres mundanos y menos con el profesor de física (recordaba las palabras de mi nueva amiga María). Esa no era la manera de aprender dinámica, por muchos movimientos que hubiésemos hecho. Aunque bueno, mi yo, haciendo un esfuerzo por ignorar a su voz interna, opinaba que las consecuencias llegan y no vale lamentarse, además disfruté, disfrutamos mutuamente, ¿qué podría tener de malo algo que se ha disfrutado, algo como el sexo?. 

Solo me quedaba descansar y preguntarme cómo reaccionaríamos al día siguiente, en clase.

Algo que sí tenía claro era mi tendencia platónica a idealizar, así pues razoné y acabé reconociendo que cabía la posibilidad de que mi profesor no fuese tan maduro como yo lo había pintado y en ese caso, que mis clases de física hubiesen llegado a su fin. Si se mostraba ignorante hacia mí y hacia toda aquella fogosidad que hubo en su habitación demostraría el toque de inmadurez postcoital que diferencia a muchas personas, pues la pasión fue tanta que casi pude ver envuelta en llamas aquella cama, algo imposible de ignorar, como el límite temporal de la estrella solar.

Una vez acabado el té me dispuse a ser vencida por el sueño. No me moví siquiera del salón, allí quedé con los ojos cerrados, dejando de pensar y dando paso a la imaginación, comenzando a recrear lo sucedido en el día. La repetición de numerosos detalles en mi cabeza consiguieron activarme de nuevo.

No era necesaria su presencia, me bastaba con la imagen que tenía de él. Encontré su belleza infinita multiplicando los puntos desde donde mirarlo y a donde mirarlo. Lo sentía conmigo, casi podía oírlo susurrándome sus teorías cuánticas. La piel se me erizaba pues pareciera que su cabello rozaba mis pezones. Estaba decidida a entregarme a la pasión de aquellos recuerdos y lo hice. 

Cuando llegué a la cúspide de aquél orgasmo en solitario, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuál gota de azahar cayendo sobre el tronco de una magnolia en el rocío, dejándome prácticamente sin fuerzas y haciendo ganar la partida al sueño. 

Todos mis temores desaparecieron la mañana del día siguiente. Había dormido plácidamente y me sentía descansada, con energías y ganas de empezar las clases. Recuerdo que me puse el mejor de mis vestidos, el pelo recogido y un pañuelo de la misma tela y color que aquellas sábanas que se posaron sobre mi piel el maravilloso día anterior. El carmín sobre mis labios florecía y yo estaba hecha un manojillo de nervios. 

A primera hora, después del café, tenía clase de física, sé que íbamos a comenzar un nuevo tema, uno muy interesante, la física cuántica, aquella que demuestra que los sistemas microscópicos son parecidos a los macroscópicos. Ese día llegué temprano, me senté en mi sitio, preparé mi mente para la llegada del profesor y los materiales necesarios para la clase: papel, lápiz y calculadora. Sabía que tal y como entrase al aula el profesor de física, instantáneamente, comenzaría a analizar su reacción. No dejaba de pensar en sus labios sobre los míos mientras colocaba el lápiz en posición vertical en el lado izquierdo del folio. Sonó el timbre que daba comienzo a la clase y como de costumbre esperamos 10 minutos a que llegara el profesor. Y llegó. 

Allí estaba entrando por la puerta con aire apresurado y su maletín de cuero de unos 10 años de antigüedad cuando me miró fijamente y ...

EL ARTE ERÓTICO DE EL DALAI MAMA

 

El erotismo y la sensualidad están presentes en cualquier aspecto de nuestras vidas, sólo hay que saber mirar, oír y sentir. Sobre todo en las artes: la literatura, el cine, la música, la pintura,….


En el arte de plasmar erotismo y sensualidad sobre un lienzo hay innumerables artistas en todo el mundo,  nosotros presentamos aquí uno nacional del que nos llamó la atención sus trazos y la manera de plasmar la sensualidad de sus modelos. Viendo su twitter se agradece también los textos que suele acompañar a cada trabajo, casi siempre de clásicos de la literatura española. Os dejamos con El Dalai Mama y parte de su obra.

El mismo se presenta y las obras mostradas tienen el permiso de los modelos que en ellas aparecen para ser publicadas.


            Empecé a dibujar a gente de twitter por casualidad hace 2 años y desde entonces he realizado más de 600 dibujos. Durante este tiempo he realizado dibujos con diferentes estilos, desde dibujos con un estilo con ciertas influencias naïf, otras que van más hacia el comic, simplificaciones y últimamente bocetos a lápiz que han evolucionado hacia el híperrealismo. Trabajo siempre digitalmente, con tableta gráfica y lápiz digital, lo que me permite correcciones rápidas y poder dibujar desde cualquier lugar. 

¿Mis influencias en arte erótico? La verdad es que pocas, Milo Manara siempre me ha fascinado, Namio Harukawa, y de los dibujos que aparecen por internet, me encanta la simplicidad y el ingenio de Petites Luxures o Apollonia Saintclair.

Mis dibujos solo se pueden ver en Twitter, durante un tiempo intenté publicar en Instagram, pero por lo visto, no son muy amantes de lo erótico.

Para ver y conocer más puedes hacer click aquí.






LA CHICA DEL DIVÁN ROJO


          Fran conoció a Lisa en La Alameda, el parque más bello de la ciudad. Ella estaba sentada en el extremo de un banco, pensativa, observando el estanque que había a escasos metros. Fran paseaba escuchando música por sus auriculares cuando se fijó en aquella chica que, cruzada de piernas, dejaba al vientecillo de la tarde juguetear sutilmente con su falda.

Lisa tenía el cabello oscuro, cayendo, como una cascada azabache, por sus hombros. También tenía unos ojos grandes, y una mirada melancólicamente ausente en aquel momento. Fran no pudo vencer la tentación de acercarse hasta aquel banco y sentarse en el otro extremo del banco, junto a la bella muchacha. Ella le miró y se saludaron con una tímida sonrisa. La postura que había tomado en el asiento le ofrecía unas hermosas vistas de los muslos de Lisa.

Fran, sin dudarlo, abrió su carpeta, sacó un folio y un estuche de metal. Mirando silenciosamente a la chica comenzó a dibujar aquel cruce de piernas. Cuando ella miró al lado y se dio cuenta de que aquel hombre la estaba pintando se sorprendió mucho. Fran le dijo que le regalaría el dibujo, y Lisa le respondió que le gustaría que aquel dibujo no fuera sólo de sus piernas, sino, a ser posible, de cuerpo entero. Él, ante esa propuesta, paró de hacer trazos en el papel y la miró pensativo. Tras unos segundos, respondió que le encantaría pintarla sobre un lienzo. Los dos se despidieron, pero antes, quedaron en verse en la buhardilla que Fran utilizaba como estudio para pintar sus obras.

A la tarde siguiente, Lisa, bastante nerviosa, se puso en camino hacia el centro. La buhardilla estaba en una callejuela paralela a la calle más comercial de la ciudad. Cuando se encontró frente a la puerta del estudio, respiró profundo y llamó al timbre. En seguida le abrió Fran y la invitó a pasar muy educadamente. Dentro estaba todo preparado, las pinturas, el lienzo…, y al fondo, junto a una pequeña ventana entreabierta, el escenario donde ella posaría, un viejo diván rojo.

Lisa, entre risas, le confesó que estaba muy nerviosa, pues era la primera vez que posaría para un pintor. Poco a poco fueron conversando y bebiendo algunas copas de vino, hasta que desapareció la tensión inicial y llegó el momento de ponerse manos a la obra. El pintor tomó de la mano a la modelo y la sentó en el diván. Le dijo que se desnudara y que se tumbase de costado, mirando hacia donde estaba el atril. Ella lanzó un pequeño suspiro y procedió a quitarse muy lentamente el vestido, luego se desabrochó el sujetador y, pensándoselo mucho, se bajó sus braguitas. Toda su ropa la depositó en una silla de madera que había en un extremo de la habitación. Fran la observaba desde su banquillo, pincel en mano.

Lisa estaba ya completamente preparada para ser inmortalizada en el lienzo; tenía unos senos pequeños pero muy bien formados, sus pezones estaban erectos, por los nervios y por el cambio de temperatura al desnudarse. En su vientre, una pequeña constelación de lunares hacían aún más bello y misterioso su cuerpo. Y sus piernas… qué decir de sus piernas. Estaba bellísima.

Entre trazo y trazo, Fran la miraba con oculto deseo, mientras dibujaba sus labios, sus pechos, su pubis, imaginaba que sus manos iban acariciando esos lugares aún prohibidos. Lisa, desde el diván, observaba cada movimiento del pintor, cada mirada, cada gesto. Transcurrían los minutos acompañados de un silencio cómplice, solo sus respiraciones lograban romperlo grácilmente. La joven, cansada de mantenerse en la misma postura durante tanto rato preguntó si podía hacer un breve descanso para estirar las piernas. Fran accedió. Envuelta en una toalla de baño se paseaba por la habitación con la copa de vino en la mano, miraba los demás cuadros que Fran tenía colgados en la pared y de vez en cuando le dedicaba alguna mirada al pintor. El muchacho poseía una gran obra pictórica, sin duda estaba dotado de mucho talento. Había allí lienzos aún por acabar apoyados en los muebles. Le encantaba aquel ambiente bohemio, y el fuerte olor a pintura y disolvente la embriagaba.

Pasaron varias horas más posando y pintando, aunque esa segunda parte de la sesión fue amenizada por la música de Chopin. La noche iba cayendo sobre los tejados de la ciudad. Fran le dijo a Lisa que ya podía acercarse a ver la pintura. Allí estaba, sobre el lienzo, el cuerpo desnudo de Lisa, y aunque faltaban por pulir algunos detalles, ya se apreciaba que era una gran obra. Lisa se emocionó tanto que le dio un espontáneo abrazo de admiración y agradecimiento. Fran sintió aquel cuerpo cálido y perfumado, sus manos tocaron la espalda de Lisa y cuando ella fue a soltarse, apretó instintivamente los brazos. La chica levantó la cara, sonrió y muy despacio se fundieron en un beso largo, de esos que duran una eternidad. Los labios derretidos, las lenguas entrelazadas, sus pulsaciones acelerándose por momentos. Las manos de Fran fueron bajando por la espalda hacia las nalgas. Lisa le quitó la camisa y sin saber bien cómo, acabaron rodando por el suelo, cuerpo contra cuerpo.

Fue algo muy excitante para los dos, a ratos tierno, a ratos salvaje, y entre pinturas, vino y orgasmos, vieron amanecer desde el desván. Pequeños rayos de luz penetraron por la persiana despertándolos de aquella ardiente noche.

Ahora, años después de aquel encuentro, Lisa está casada y vende móviles en una tienda del centro. Fran sigue paseando su soltería por el parque, en busca de inspiración para seguir pintando sus cuadros. La pintura titulada La chica del diván rojo, está expuesta y se puede visitar en la exposición permanente que el autor posee en una famosa galería de arte.

 

Miguel Ángel Rincón.

JOY CLUB IN SPANIEN

El club del placer, la alegría y el goce ya está en España. La palabra Joy abarca esas tres accesiones y esas son las cosas que ofrecen en su web JoyClub.es

Esta página lleva menos de un año implantada en España, aunque mejor sería decir que está activa su versión en castellano. Hoy en día se puede acceder a cualquier página de cualquier parte del mundo y a Joy Club se podía acceder desde hace mucho tiempo pero tendrías que dominar otro idioma (el alemán, el inglés, el francés, holandés, checo o el italiano, para ser más concretos). Ahora, en castellano, lo que ha conseguido es que sea más accesible para todos los usuarios de redes sociales liberales de nuestro territorio.

La llegada del Covid-19 limitó su promoción pero el boca a boca, principalmente, ha conseguido llamar la atención de mucha gente. Entre ellos al equipo de Tu Punto Hot. Todo lo relacionado con la sexualidad y el erotismo es algo que nos gusta conocer y, ya de paso, dar a conocer a nuestros lectores. ¿Lo más rápido para llevar esto a cabo? Ponerse en contacto con los administradores.

Tras un par de mensajes de ida y vuelta en la web, otro par de mails a la central de Alemania y otros tantos mensajes por WhatsApp con uno de los administradores del sitio en España coordinamos la realización de una entrevista vía Skype. Una entrevista realizada a dos administradores encargados de España que fue realizada en una conexión a tres, con algún que otro problema técnico. De sus propias palabras conoceremos mejor qué es Joy Club.


Tu Punto Hot: ¿Desde cuándo está la versión española activa de Joy Club?

Cecilia: La versión española está activa realmente desde Diciembre, pero más activamente desde Enero.

TPH: No lleva ni un año activa aquí pero se originó en Alemania, ¿desde cuándo está operativa allí?

Jean: Se creó en el 2005 y lleva por lo tanto unos 15 años en marcha. Es una página muy activa en Alemania, es líder en Alemania sin tener competencia allí. Ahora ha decidido hacer una política de internacionalización, empezando poco a poco a estar en otros territorios.

TPH: Debido al Covid, que ha habido que estar más confinado, la página habrá tenido un incremento de inscripciones.

Jean: Pues no sabemos si es por el Covid.

Cecilia: No tenemos precedentes.

TPH: Siendo una plataforma para gente liberal, y cuando la gente no se puede relacionar de manera presencial, ¿la página cuenta con distintas formas de contactar?

Cecilia: Sí, de hecho lo más interesante de Joy Club es que, como no es una red social enfocada sólo a citas, está más enfocada a hacer una comunidad y va muy bien para estos momentos extraños en los que no podemos salir de casa. Porque, como preguntas, tenemos los foros donde se puede estar constantemente compartiendo dudas sobre sexualidad, experiencias, opiniones y haciendo preguntas a la comunidad. Además tenemos Livestreams, que es la posibilidad de hacer emisiones en directo como puedes hacer en otras redes sociales pero aquí sin ningún tipo de limitaciones de contenido. Y también tenemos la posibilidad de hacer video chats privados con otros miembros, con lo cual siempre vamos a poder estar disfrutando de nuestra sexualidad aunque estemos encerrados en casa.

TPH: ¿Tiene algún sistema para localizar gente de tu zona o de algún lugar concreto?

Jean: Aparte de lo que te ha dicho Cecilia antes hay dos vertientes en la web, una enfocada a contactos para encuentros y citas, y otra como red social donde puedes interactuar a través de foros, etc, etc,.. A lo que preguntas ahora sí que tenemos una búsqueda donde podemos encontrar gente de toda Europa, no sólo de Alemania, sino también de Francia e Italia. Cuando me refiero a Alemania incluyo Suiza, Austria, Bélgica, etc. Donde haya gente la puedes encontrar, pero además, lo que tiene de positivo Joy Club es su aplicación para móvil, no una versión web responsive (nota: una web responsive es aquella que es capaz de adaptarse a cualquier dispositivo donde se visualice sea PC, móvil o Tablet), que se llama JoyCE y esta aplicación sí que tiene geolocalización de la gente que está a tu alrededor. Esta aplicación está más enfocada a las citas que a la parte social.

TPH: Funcionan de manera distinta entonces la web que la aplicación móvil, ¿no?

Jean: Sí, son dos posibilidades de acceder a la comunidad de manera diferente. Tienen programaciones diferentes, equipos diferentes para ocuparse del mantenimiento, pero sí que la base de datos es única.

Cecilia: De hecho la plataforma web es probablemente para el usuario más interesante por la comunidad, es decir, los foros y los grupos funcionan mucho mejor en la página web. Mientras que en la app JoyCE está más enfocada a encontrar gente, a las citas y a los eventos. Entonces en la app JoyCE tienes el radar, como comentaba Jean, con el que puedes encontrar gente de tu zona. Tienes los ClubMail que son los chats privados con otros usuarios y la posibilidad de encontrar perfiles, que es lo que más te interesa cuando estás buscando gente. Y luego en la plataforma web lo que más interesa es el tema de la comunidad, de conversar con la gente, participar de los foros, y aprender de sexualidad.

TPH: ¿Tenéis algún sistema de verificación para las personas que se inscribe tanto en la app del móvil como en la web?

Cecilia: Tenemos dos sistemas de verificación realmente. Tenemos por una parte un sistema que, cuando lo consigues, te da un check de color blanco y para pasar este proceso y  obtener este check lo que hay que hacer es enviar un vídeo al equipo técnico en el cual enseño mi DNI y pongo mi cara al lado para que el equipo técnico pueda verificar que mi edad, mi sexo  y mis datos concuerdan con mi perfil. Cuando pasamos este proceso de verificación el vídeo se borra de nuestra base de datos. Y después tenemos el check verde que implica que cinco miembros de Joy Club te conocen. Si cinco personas que están registradas en Joy Club te marcan como conocido personalmente obtienes este check, lo cual significa que además eres una persona más activa y das más seguridad al resto de miembros.

TPH: Ahora que has comentado lo de conocer personas, lo habitual es hacer eventos en locales de toda la geografía para darse a conocer. Si teníais alguno pensado se habrá quedado en el aire, ¿no?

Cecilia: Sí, de hecho para Febrero teníamos organizado un par de eventos que iban a ser de presentación,  iban a ser en Barcelona y Madrid, en dos locales liberales diferentes en los que íbamos a celebrar que estábamos recién llegados a España y serían nuestra carta de presentación. Ambos eventos se cancelaron porque justo llegó la pandemia.

TPH: Me supongo que tarde lo que tarde las presentaciones las haréis.

Cecilia: Ojalá que sí.

Jean: Por supuesto.

TPH: Volviendo a la página, habéis comentado distintas opciones de contacto en la misma. ¿Cuenta con algo más aparte de las distintas opciones de contacto?

            Cecilia: Sí, la Revista. De hecho es otra de esas secciones que también nos permiten explorar la sexualidad. Al final de lo que se quiere, cuando una persona empieza a meterse en el mundo liberal, es aprender de sexo, aprender de su propia sexualidad y de la de sus compañeros. Entonces en la Revista hacemos artículos, cada semana publicamos uno distinto en el que hablamos de todo lo relacionado con la sexualidad, desde experiencias particulares de gente que acude a un local o a una fiesta determinada hasta tutoriales sexuales. Vamos, un poco de todo.

Jean: En la medida de lo posible lo que queremos es socializar. Hay un foro general y luego están los foros que están dentro de los grupos, como por ejemplo: grupo de moteros, grupo Barcelona, grupo Madrid, grupo de la asociación de no sé qué… Cada grupo tiene dentro su propio foro por lo que hay que distinguir el foro general de lo específicos. A través del foro y de la revista intentamos, dentro de nuestras posibilidades, ser los más pedagógicos posibles.

TPH: Sobre los grupos y los foros dentro de estos, ¿veis que los españoles inscritos participan de los mismos?

Jean: Sí, porque estamos empezando y a mí, personalmente, me extrañó mucho la actividad que hay. Pensaba que los españoles eran más retraídos, menos literarios, y en cambio veo que sí participan. Pensaba que el español es más pícaro y podría haber foros donde la gente se saliera de tono, y no, hay bastante respeto y la gente es participativa. Esto me sorprendió porque la gente en Alemania está más tiempo en su casa que la gente en España, en España se tiene más vida social, en Alemania no. Entonces me sorprendió mucho que la gente, a pesar de ser más abierta, salir más a la calle y relacionarse con gente, sí que participa en los foros. Pero quería reiterar sobre una cosa, tanto en el foro general como en la revista intentamos educar a los españoles sobre el mundo liberal en general. Los alemanes ya están mucho más avanzados y hacen artículos un poco más temáticos, por ejemplo el BDSM está mucho más anclado en la cultura alemana que en la cultura española. Nosotros intentamos ser un poco más pedagógicos en cuanto a la sexualidad liberal. Y esto, los foros y la revista, pues sí que nos ayudan como una buena herramienta.

TPH: Has comentado la diferencia cultural entre Alemania y España, en el mundo liberal Alemania lleva muchos más años adelantados pero, ¿se nota mucho la diferencia?

Jean: No sólo el ambiente alemán respecto al ambiente español, si no también Francia e Italia que son los países que conozco, son diferentes respecto a España. Alemania, por ejemplo, tiene una cultura mucho más abierta, la mujer realmente tiene su sitio, no como aquí en España donde la mujer va “un poco a remolque de la situación”. La mujer alemana tiene su propia iniciativa y está bastante más liberada que aquí en España, o por lo menos, ha salido del armario, no tiene tanto reparo en decir que ella es una mujer liberal y liberada. En cambio aquí pocas son así.

            Cecilia: Yo pienso que, según mi experiencia sin conocer el mundo liberal más allá del ambiente español, y según lo que puedo observar en Joy Club y en el comportamiento de los miembros creo que en Alemania probablemente la gente trata su sexualidad y el hecho de ser liberal y ser sex positive con una normalidad absoluta. Como dice Jean, tanto hombres como mujeres, han salido del armario. En España ocultamos nuestra cara, no les decimos ni a nuestros amigos ni a familiares ni a conocidos que disfrutamos de la sexualidad como lo hacemos, nos escondemos porque siempre está asociado el mundo liberal a una perversión aunque no sea así. Ellos tienen esa suerte, quizás porque llevan más años de recorrido, y se ha deshecho de ese estigma. También por ese motivo tenemos una vocación pedagógica para intentar alcanzar a nuestra manera el mismo nivel de normalidad sexual.

TPH: Como no habéis podido hacer presentaciones de la página aún, ¿el boca a boca en España está funcionando bien?

Jean: Sí y no. Con la experiencia que tenemos te puedo decir que el boca a boca sí que funciona pero es verdad que cuando se hace un evento en un club es mucho más rápido. Es mucho más eficaz un evento en un club de intercambio donde haces una fiesta Joy Club que el boca a boca, aunque funciona aunque sea simplemente por curiosidad. Es una página que por ahora es gratuita y por lo tanto la gente se apunta sólo para curiosear otra página web.

TPH: Para que a la gente le pique más la curiosidad decidme una opción de la misma que destacaríais.

            Cecilia: Yo destacaría, probablemente, el Livestreams porque me parece muy interesante el hecho de que yo llegue a casa, esté cansada del trabajo, esté saturada, esté hasta el moño de mis hijos o de mi marido, de lo que me dé la gana y al llegar a casa pueda decir que tengo ganas de exhibirme, tengo ganas de que la gente me vea y disfrutar de mi sexualidad de esa manera porque hay muchas personas que disfrutan exhibiéndose y creo que Joy Club, mediante el Livestreams da una oportunidad para que todos y todas podamos ser exhibicionistas. Ahora me puedo tocar, me puedo depilar, que no me va a ver nadie y de esta manera nos podemos hacer ver. Sentirnos guapas, sentirnos guapos, sentirnos sexys en cualquier momento pensando que quien te ve está deseándote.

Jean: Como vengo de una carrera de filología para mí toda la parte de foros me interesa mucho. Ver cómo la gente se expresa, cómo la gente intercambia cosas de su vida, además con mucho respecto. A veces con creatividad y esa parte filóloga, por defecto profesional, me encanta.

Cecilia: De hecho, sobre lo que estás diciendo, yo creo que es muy interesante lo que está pasando en el grupo que tenemos de relatos eróticos. Cuando recién empezamos creamos un grupo donde la gente podía compartir sus escritos y ha sido todo un éxito. Hoy estaba hablando con alguien que en su vida había escrito un relato erótico y ya va por el tercero, y está entusiasmada, sobre todo por los comentarios que ha recibido y también porque se ha soltado y ha descubierto una faceta de sí misma que no conocía.

TPH: Queda daros las gracias por la atención y esperamos que no tardéis en hacer una presentación por España.

Jean: Gracias a ti Javier. Esperamos poder colaborar de aquí en adelante.

Cecilia: Gracias, Javier.


Como parte de la colaboración nos dieron permiso para compartir un artículo de su Revista en nuestro blog, el que precede a éste exactamente.

TODO AQUELLO QUE DESCONOCES DEL ORGASMO FEMENINO

Tan inexistente y tan presente en nuestras vidas, tan censurado y tan reivindicado, tan olvidado por la sexología y tan perseguido por la sociedad. Así es (o era hace unos años) el orgasmo femenino. Por suerte, en la actualidad, podemos decir que las cosas están cambiando.


Reflexiones de Noemí Casquet sobre este gran desconocido, publicado previamente en JoyClub

 

¿Qué está pasando con el orgasmo femenino? Según el Instituto Andaluz de Sexología, las cifras de anorgasmia en las mujeres españolas oscilan entre el 5% y el 40%. De hecho, es la segunda causa de consulta en pacientes, después del deseo sexual hipoactivo. A lo largo de la historia, la sexología no se ha centrado demasiado en este fenómeno ya que no era imprescindible para la reproducción de la humanidad (a diferencia de la eyaculación, popularmente asociada al orgasmo en los penes, aunque pueden ir por separado). Kinsey empezó a estudiar los casos de mujeres casadas que no llegaban al orgasmo (en 1953, un 10% de ellas no llegaban al clímax).

Aunque la revolución llegó con Masters y Johnson que iniciaron estudios exhaustivos sobre el orgasmo femenino. Estas investigaciones perfilaron los diferentes tipos de orgasmos en las personas con coño, generando dos grandes clasificaciones: orgasmo clitoriano y orgasmo vaginal. Actualmente, dentro de la comunidad científica se está discutiendo si realmente existe este último, o si está provocado precisamente por la estimulación interna del clítoris (el cual solo vemos una pequeña parte y abraza toda la vagina). De todas formas, en este artículo, tendremos en cuenta este tipo de orgasmos. Entonces, una posible clasificación según la app Clue sería:

• Orgasmo clitoriano. Nace de la estimulación del glande del clítoris, es decir, la parte que vemos en el exterior del coño, ese famoso "botoncito".

• Orgasmo vaginal. Surge de la estimulación del punto G o de la zona G. Para algunas personas, existe el punto G mientras que otras lo desmienten e insisten en que se trata de la cara interna del clítoris.

• Orgasmos inducidos por el sueño. Tampoco se sabe si se tratan de orgasmos con estimulación de los genitales durante el sueño o se producen sin contacto físico.

• Orgasmos inducidos por el ejercicio físico. Algunas personas pueden tener orgasmos provocados por el ejercicio abdominal o el levantamiento de pesas.

• Otros. Con la estimulación de pezones, ano u otras partes del cuerpo.

 

¿Y qué dice la sexualidad sagrada?

Dentro de la sexualidad sagrada los orgasmos se clasifican en dos grandes tipos:

• Orgasmo de pico o contractivo. Se trata de la culminación del placer en un punto álgido y la bajada en picado de la energía. Es la descarga eléctrica provocada por la estimulación de una zona sensible y las contracciones vaginales que se dan como resultado.

• Orgasmo de valle o expansivo. Son aquellos orgasmos donde el placer no se presenta como un pico de descarga, sino que la energía se va moviendo por el cuerpo, aumentando cada vez más la excitación. Esto hace que se active la sensorialidad corporal y puedas tener un orgasmo en todo tu cuerpo (durante segundos, minutos o incluso horas cuando se entrena para ello).

 

“Podemos experimentar tantos orgasmos diferentes… ¿por qué nos obsesiona la clasificación?“

 

Aunque como dice Sheri Winston en Women’s Anatomy of Arousal (2010) la clasificación puede ser infinita y tan personal como nos planteemos. Por ejemplo, podemos tener "risagasmos", "llantogasmos", orgasmos potentes, orgamos muy potentes, multi multi multiorgasmos, "amorgasmos", chackragasmos, orgasmos en diferentes partes del cuerpo, orgasmos de cuerpo entero, squirt, y un laaaargo etcétera. Sin duda, Sheri tiene razón: podemos experimentar tantos orgasmos diferentes… ¿por qué nos obsesiona la clasificación?

¡Tócate mucho!

Sin duda, lo más importante para alcanzar el orgasmo en aquellas personas con coño, es la autoexploración. Francisco Cabello en su libro Manual de Sexología y Terapia Sexual recoge que el 98% de las mujeres que acuden a consulta por anorgasmia nunca se han masturbado. Curioso, ¿verdad? De hecho, una de las terapias que se suelen utilizan en estos casos es la autoerotización y el descubrimiento del propio placer.

¿Cómo vas a saber qué es lo que te gusta si no lo has experimentado por ti misma? El orgasmo es maravilloso pero tampoco tiene que ser una obsesión. Paciencia y si la anorgasmia persiste, es mejor visitar a una persona especializada en sexología para que pueda ayudarte en el proceso.

Por otro lado, no tengas miedo a pedir o a sugerir técnicas o prácticas a tu(s) amante(s) durante el sexo. Tú te conoces más que nadie, ¡guía a esa persona por tu cuerpo! Si te gusta que presionen más o menos, si eres más fanática de la penetración vaginal o anal, si te apasiona (o no) el sexo oral… déjalo claro durante el encuentro sexual que para eso tenemos boca.

Y finalmente, invierte en juguetes eróticos y elementos de estimulación para poder experimentar toda la gama de placer y sensaciones que te puede ofrecer la tecnología. Aunque, eso sí, no te olvides de lo importante: tus manos siempre tendrán acceso a tu coño. Deja que exploren, toquen, sientan y perciban. No tengas asco o miedo, ¡es tu cuerpo! Siéntete cómoda con él. No programes tu cerebro entorno a una técnica específica y concreta; cambia de posturas, lugares, elementos, juguetes, estimulantes… ¡pónselo difícil al cerebro y entrénalo en la diversidad!

LOS CUENTOS DEL DIVAN: Costa Da Morte

Miguel Ángel Rincón Peña es, además de técnico en integración social, escritor, músico y persona interesada por los problemas sociales. En su haber tiene ocho títulos publicados (siete libros de poemas y uno en prosa). Actualmente anda presentando su nuevo poemario, "El universo entre nosotros", y preparando la que será su primera novela. 

En sus pocos ratos libres lee, hace fotos, toca el ukelele (la guitarra, el bajo, la armónica y lo que se tercie) y mira al cielo esperando ver algún OVNI (cualquier día nos lo abducen).

Ha colaborado con Tu Punto Hot en eventos literarios eróticos-festivos en distintos puntos de la geografía gaditana.

Comenzamos esta serie de relatos (o cuentos eróticos, como al autor le gusta llamarlos) bajo el nombre genérico de "Los cuentos del diván".


            Virxinia vivía sola en una casa junto al mar. A tan sólo doscientos metros se encontraba el faro de Punta Pedrosa. Allí trabajaba a media jornada como farera. En invierno, los días suelen ser bastante fríos y lluviosos en esa parte de Galicia, aún así, a Virxi le gustaba salir a pasear junto a su perro Spock, incluso en los días de llovizna. En cambio al pueblo iba solamente por necesidad y siempre a regañadientes; recogía el correo, hacía la compra en el supermercado y se volvía a casa en su viejo coche, un Seat Ibiza bastante maltrecho. Le encantaba vivir allí, aquel lugar le parecía mágico. Sus padres, que residían en la capital, siempre le decían que se fuera con ellos, no podían comprender qué hacía una chica como ella en un sitio tan aislado de la civilización. Pero a nuestra protagonista le gustaba precisamente eso, estar apartada de esa civilización que tanto la agobiaba. No soportaba las prisas, la marabunta de gente corriendo de un lado a otro, el ruido infernal de los coches... La ciudad, definitivamente, no estaba hecha para ella.

Desde hacía algún tiempo, Virxinia se ganaba la vida, además de como farera, escribiendo novelas de amor para una editorial independiente madrileña. No pagaban demasiado, pero entre los dos trabajos se podía permitir vivir dignamente. Ella no necesitaba demasiado para mantener su preciada independencia y ser feliz en un lugar tan especial. A sus treinta y ocho años había viajado por muchos países, trabajado en diversos empleos y conocido a mucha gente, pero un buen día decidió escapar de todo eso y se buscó una casa en la costa, además de acceder al empleo de farera a tiempo parcial que le dejaba el suficiente tiempo libre para escribir sus novelas, pasear, etc. Era su sueño hecho realidad. Los mejores atardeceres los ha vivido en la parte alta del faro, las noches más estrelladas las ha visto desde la cornisa de la costa, y era, junto a su perro, totalmente feliz en su soledad iluminadora.

Quizás lo único que echaba de menos en momentos puntuales era el sexo. Empezaba a cansarse de tener que bajar sus calores ella misma, así que, una noche que estaba navegando por Internet encontró casualmente un anuncio de una tienda on line de artículos sexuales llamada Tu Punto Hot. Pulsó en el enlace y toda una galería de juguetes para el placer se mostró en su pantalla. Ella nunca había utilizado ningún artículo de ese tipo para masturbarse, pero pensó que sería una buena idea salir de la aburrida rutina onanista, y puesto que no había ningún chico en el pueblo de al lado que le gustara para dichos menesteres, decidió pedir un vibrador. Estuvo dudando entre varios modelos, pero al final se compró el elegante Satisfyer, especialmente diseñado para la estimulación simultánea del clítoris mediante ondas de presión y vibraciones. ¡Incluso se podía usar en el agua! Rellenó el formulario de pedido y lo envió. En unas 48 horas el nuevo juguetito estaría en las manos de Virxinia.

Días después, la tormenta se había desatado sobre la Costa da Morte. Virxi, desde su casa podía escuchar el sonido de las gigantescas olas rompiendo en las rocas. Miraba melancólica por la ventana, pensando en que esa tarde no podría salir a pasear, por más ganas que tuviera; el viento era demasiado violento. Un vehículo que a lo lejos se acercaba la sacó de sus cavilaciones. Era la furgoneta de reparto de la empresa de mensajería. Virxinia se apresuró a abrir la puerta del pequeño porche y allí se encontró al mensajero cubierto con un chubasquero azul. Le hizo pasar al recibidor. El chico sacó de su mochila un paquetito y se lo entregó a la interesada, ésta le firmó el recibo y entre el gracias, las sonrisas y el adiós, la escritora farera cerró la puerta y se dispuso rápidamente a abrir aquel paquete. El Satisfyer Pro 2 + (nombre completo del aparato) ya estaba en sus manos, y andaba con la poderosa tentación de estrenarlo cuando, de repente, llamaron de nuevo a la puerta. Era el mensajero. Al parecer el coche no arrancaba y pensó en esperar dentro de la casa mientras que llegaba la grúa hasta aquel remoto lugar. Virxi, por hospitalidad le dejó pasar al salón sin darse cuenta de que el succionador estaba a la vista encima de la mesa. El mensajero se quedó mirando aquel artilugio. Una vergüenza enorme encendió las mejillas de Virxinia. El chico, un veinteañero muy educado, le dijo que no se preocupara, que era algo natural comprar esas cosas. Ella, aún sonrojada, cogió el vibrador y lo volvió a meter en la caja.

El joven, para salir de la embarazosa situación, empezó a relatar algunas anécdotas que le habían pasado en el par de años que llevaba trabajando como repartidor. Virxi le preguntó si había tenido alguna anécdota tipo sexual. En seguida se dio cuenta del despropósito que había lanzado y no tardó ni un segundo en pedir disculpas por tan inapropiada pregunta. El repartidor se echó a reír y respondió que no, nunca había tenido ninguna experiencia de ese tipo, pero que no le importaría tenerla con una mujer tan guapa como la que se encontraba delante de él. Los dos se miraron en ese preciso momento, él con deseo, ella con una mezcla entre timidez y morbo. «¿En serio?» dijo Virxi con voz suave y gesto de asombro. El muchacho se levantó de la silla y se acercó a ella, puso las manos en su cuello y empezó a acariciar barbilla, mejillas, hasta llegar a los labios… La respiración se aceleraba con cada caricia, los besos llegaron melodiosamente mientras la lluvia lamía las ventanas de la casa.

Comenzaron torpemente a caminar, a tientas, por el pasillo hacia la orilla de la chimenea. Una vez allí, Virxinia desplegó en el suelo una manta y varios cojines. El mensajero empezó a desnudarla muy sutilmente, dejando visible un hermoso cuerpo. Ella hizo lo propio con él, hasta dejarlo en ropa interior. Sus ojos miraron libidinosamente el vientre del chico, lo acarició y fue bajando, introduciendo su mano derecha en el interior de sus calzoncillos, mientras con la izquierda le acariciaba la espalda. La excitación estaba en su grado más alto. Los dos cuerpos se unían, al fin, mientras el crepitar de la leña ardiendo ponía banda sonora al momento. Virxi no quería que aquello acabase, hacía tanto que nadie le hacía lo que aquel chico le estaba haciendo que deseaba que durara lo máximo posible. Tras un buen rato jugando en el paraíso, llegó la tan ansiada «Le Petite Mort» (que dicen en Francia).

Sus cuerpos se encontraban desnudos junto a la chimenea cuando, de repente, sonó el móvil del muchacho. Era la grúa que estaba esperando en la puerta de la casa.

Mientras el amante mensajero se alejaba en la grúa por la angosta carretera, Virxinia, con una media sonrisa, miraba la lluvia chocar en los cristales de su ventana.

 

Miguel Ángel Rincón.


EL MISTERIO DE LAS BRAGAS ROBADAS. Último Capítulo. SAMARRUGA DE LA PUNTA, CIUDAD DE VACACIONES

 Por Rubén Olivares.

Como todos los domingueros prototipo, esos que salían con grandes ramos de flores en el programa de Patricia pidiendo perdones imposibles y después de haber mortificado a su mujer desde tiempos pretéritos, Paco quiere reconquistar el amor de Trini tirando la casa por la ventana y se ha hipotecado en Cofidis para irse un fin de semana romántico en Samarruga de la Punta.

Samarruga de la Punta es el típico caso de ciudad de veraneo que se envilece por sí sola debido a una parte de su turisteo hortera y previsible, ese que quiere recuperar relaciones que no funcionan y que piensan que con un viaje como éste se van a solucionar. También es un centro de peregrinación de colegios de alumnos díscolos, de turismo sexual y un supermercado del narcotráfico.

La ciudad, en su intento de tematizar su oferta, se ha convertido en una copia burda entre Venecia, Las Vegas y un barrio de extrarradio, con canales, góndolas, casinos, chaperos, prostitución y una noria que nunca funciona.
Trini no está muy convencida de su marido, aunque el viaje le tienta para poder fardar delante de las vecinas. En ese trance existencial se encuentra. Desde que descienden del avión en el aterrizaje de emergencia, los reproches están al orden del día entre ambos.

-Que no Paco...que no te voy a perdonar que te cepillaras a la Brígida del sexto.

-Nena...yo...

-Y encima la cabrona esa de la Truhana diciendo que yo le había quitado las bragas.

-Ya las han encontrado...gracias a Pau Navarro.

-Si...ya no hay hombre como él, dice mirándole con ironía

-Trini...nena...

Cuando llegan a Samarruga de la Punta se encuentran la ciudad lloviendo a mares, con obras para limpiar las alcantarillas, los rincones románticos oliendo a putrefacción, ratas muertas, compresas y botellas de coca cola flotando. Paco, en su afán reconquistador, se ha emperrado en alquilar una góndola y el único que ha querido salir a remar con el temporal es un chapero local, que se ha bebido tres cartones de Don Simón y dos botellas de anís del mono y para más inri, lleva seis semanas sin ducharse.

Paco, que cree que con este fin de semana conseguirá el amor de Trini, canta con su voz carajillera el "Venecia sin ti" de Charles Aznavour pero olvidándose la letra. La voz garrula y oxidada de Paco dan a la escena una sensación de mal rollo, grotesca y obscena.

-Trini...nena...

-Vete a la mierda…

-Dame un piquito.

-Una mierda que te comas.

Trini ha ido más por disfrutar el viaje hortera que por la compañía de Paco y se pasa todo el fin de semana poniéndole palote para luego recriminarle sus malas acciones.

El improvisado gondolero, de la turca que lleva, pasa seis veces por el mismo canal y les cuenta una historia distinta para el mismo sitio por el que pasan.

-Trini...nena....

-Mmmmmmmm Pacoooo.

Trini abre las piernas y le enseña el Mapache Jackson 5 a su marido. Cuando éste se pone celtíbero le arrea con el remo de la góndola.

-Trini...nena...

-Hazte una gayola y déjame en paz.

La tosca dirección del gondolero hace que la embarcación se zarandee y éste caiga por la borda, la góndola se desequilibra y comienza a entrar agua, comenzándose a hundir por la proa...

-Mira nena...como en Titanic... ven, ven. Con nada frente a nosotros... solo el océano. Soy el rey del mundoooooo.

-Tú lo que eres es un gilipollas integral.

De repente, de entre la tormenta, aparece un fueraborda última generación que llega a la altura de la embarcación y hace subir a Trini. Es el Marsi, ayudante de Pau Navarro, que se enamoró de la garrula en la consulta de Benito el congoleño y viene en su busca recogiéndola de la góndola.

-Aquí te quedas polla negra...me voy con un hombre de verdad. ¡¡¡¡A la Riviera Maya nene!!!!

Paco queda como impávido. Al fin, puede pronunciar unas palabras cargadas de rencor: -Que te follen...yo me voy con el gondolero....

Paco se va nadando a rescatar al chapero y los dos comienzan una historia de amor tan bizarro como el que ha acabado con Trini y Trini uno con Marsi que también promete lo suyo...

Las dos parejas se dicen cursilerías tipo...el mundo se está cayendo a nuestro alrededor y sólo se nos ocurre enamorarnos, etcétera etcétera.

Al final, como siempre, acaba triunfando el amor...


FIN