TODO AQUELLO QUE DESCONOCES DEL ORGASMO FEMENINO

Tan inexistente y tan presente en nuestras vidas, tan censurado y tan reivindicado, tan olvidado por la sexología y tan perseguido por la sociedad. Así es (o era hace unos años) el orgasmo femenino. Por suerte, en la actualidad, podemos decir que las cosas están cambiando.


Reflexiones de Noemí Casquet sobre este gran desconocido, publicado previamente en JoyClub

 

¿Qué está pasando con el orgasmo femenino? Según el Instituto Andaluz de Sexología, las cifras de anorgasmia en las mujeres españolas oscilan entre el 5% y el 40%. De hecho, es la segunda causa de consulta en pacientes, después del deseo sexual hipoactivo. A lo largo de la historia, la sexología no se ha centrado demasiado en este fenómeno ya que no era imprescindible para la reproducción de la humanidad (a diferencia de la eyaculación, popularmente asociada al orgasmo en los penes, aunque pueden ir por separado). Kinsey empezó a estudiar los casos de mujeres casadas que no llegaban al orgasmo (en 1953, un 10% de ellas no llegaban al clímax).

Aunque la revolución llegó con Masters y Johnson que iniciaron estudios exhaustivos sobre el orgasmo femenino. Estas investigaciones perfilaron los diferentes tipos de orgasmos en las personas con coño, generando dos grandes clasificaciones: orgasmo clitoriano y orgasmo vaginal. Actualmente, dentro de la comunidad científica se está discutiendo si realmente existe este último, o si está provocado precisamente por la estimulación interna del clítoris (el cual solo vemos una pequeña parte y abraza toda la vagina). De todas formas, en este artículo, tendremos en cuenta este tipo de orgasmos. Entonces, una posible clasificación según la app Clue sería:

• Orgasmo clitoriano. Nace de la estimulación del glande del clítoris, es decir, la parte que vemos en el exterior del coño, ese famoso "botoncito".

• Orgasmo vaginal. Surge de la estimulación del punto G o de la zona G. Para algunas personas, existe el punto G mientras que otras lo desmienten e insisten en que se trata de la cara interna del clítoris.

• Orgasmos inducidos por el sueño. Tampoco se sabe si se tratan de orgasmos con estimulación de los genitales durante el sueño o se producen sin contacto físico.

• Orgasmos inducidos por el ejercicio físico. Algunas personas pueden tener orgasmos provocados por el ejercicio abdominal o el levantamiento de pesas.

• Otros. Con la estimulación de pezones, ano u otras partes del cuerpo.

 

¿Y qué dice la sexualidad sagrada?

Dentro de la sexualidad sagrada los orgasmos se clasifican en dos grandes tipos:

• Orgasmo de pico o contractivo. Se trata de la culminación del placer en un punto álgido y la bajada en picado de la energía. Es la descarga eléctrica provocada por la estimulación de una zona sensible y las contracciones vaginales que se dan como resultado.

• Orgasmo de valle o expansivo. Son aquellos orgasmos donde el placer no se presenta como un pico de descarga, sino que la energía se va moviendo por el cuerpo, aumentando cada vez más la excitación. Esto hace que se active la sensorialidad corporal y puedas tener un orgasmo en todo tu cuerpo (durante segundos, minutos o incluso horas cuando se entrena para ello).

 

“Podemos experimentar tantos orgasmos diferentes… ¿por qué nos obsesiona la clasificación?“

 

Aunque como dice Sheri Winston en Women’s Anatomy of Arousal (2010) la clasificación puede ser infinita y tan personal como nos planteemos. Por ejemplo, podemos tener "risagasmos", "llantogasmos", orgasmos potentes, orgamos muy potentes, multi multi multiorgasmos, "amorgasmos", chackragasmos, orgasmos en diferentes partes del cuerpo, orgasmos de cuerpo entero, squirt, y un laaaargo etcétera. Sin duda, Sheri tiene razón: podemos experimentar tantos orgasmos diferentes… ¿por qué nos obsesiona la clasificación?

¡Tócate mucho!

Sin duda, lo más importante para alcanzar el orgasmo en aquellas personas con coño, es la autoexploración. Francisco Cabello en su libro Manual de Sexología y Terapia Sexual recoge que el 98% de las mujeres que acuden a consulta por anorgasmia nunca se han masturbado. Curioso, ¿verdad? De hecho, una de las terapias que se suelen utilizan en estos casos es la autoerotización y el descubrimiento del propio placer.

¿Cómo vas a saber qué es lo que te gusta si no lo has experimentado por ti misma? El orgasmo es maravilloso pero tampoco tiene que ser una obsesión. Paciencia y si la anorgasmia persiste, es mejor visitar a una persona especializada en sexología para que pueda ayudarte en el proceso.

Por otro lado, no tengas miedo a pedir o a sugerir técnicas o prácticas a tu(s) amante(s) durante el sexo. Tú te conoces más que nadie, ¡guía a esa persona por tu cuerpo! Si te gusta que presionen más o menos, si eres más fanática de la penetración vaginal o anal, si te apasiona (o no) el sexo oral… déjalo claro durante el encuentro sexual que para eso tenemos boca.

Y finalmente, invierte en juguetes eróticos y elementos de estimulación para poder experimentar toda la gama de placer y sensaciones que te puede ofrecer la tecnología. Aunque, eso sí, no te olvides de lo importante: tus manos siempre tendrán acceso a tu coño. Deja que exploren, toquen, sientan y perciban. No tengas asco o miedo, ¡es tu cuerpo! Siéntete cómoda con él. No programes tu cerebro entorno a una técnica específica y concreta; cambia de posturas, lugares, elementos, juguetes, estimulantes… ¡pónselo difícil al cerebro y entrénalo en la diversidad!

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