Por Rubén Olivares
El atardecer se refleja en el horizonte en la
zona alta de la Ciudad Condal .Un crepúsculo que invita a la reflexión, a la
introspección y sobre todo, a tomarse un pelotazo.
Pau
Navarro y Ramon Gallart Guivernau se hallan en la sede de la agencia de
detectives LA YAYA NEGRA, frente a frente y entre ellos, una botella de Jack
Danield’s Honey y un cenicero donde reposan un Montecristo número 4 y un Hoyo
de Monterrey. El silencio con el que los dos amigos se han dado y que sólo se
turba con el hilo musical de Dean Martin se rompe definitivamente con una
cuestión al aire de don Ramón al investigador.
-Don Pau...me ha quedado varias cuestiones
pendientes en cuanto al caso.
-Usted dirá.
-Me turba mucho la presencia del Ama de Cría...
su papel en este asunto.
-El Ama de Cría en realidad es mi ayudante,
William Bald, le pusimos un bigote postizo, dos globos a modo de pechos llenos
de leche condensada y dio el pego perfectamente. Además, mientras Gatito Malo
estaba amorrado a la mamella, le sacaba información...
-Ahora que lo dice si es verdad que tienen una
retirada... ¿Cómo sobrevivió usted a la terrible tortura?
-Uno de los enanos a servicio de Gatito Malo
había sido policía y en las numerosas ausencias del malvado me desataba y me
preparaba el desayuno, el almuerzo y la cena. Además, me dejaban utilizar el
gimnasio, la sala de masaje y la piscina. En cuanto a la cuestión del aseo
personal, lo realizaba en el cuarto de baño de Doña Misericordia O’Callaghan,
que es más espacioso y mejor surtido que el de Gatito Malo. El servicio de la
marquesa me planchaba las camisas y los trajes y me traía toda la prensa local.
Valerio, el secretario de Pau Navarro hace su
entrada con ojos acaramelados.
-Don Pau...ha recibido varios paquetes de regalo
por haber solucionado el caso, Puigdemont le envía bombones desde Bruselas,
Pedro Sánchez una caja de Yemas de Santa Teresa y Bárcenas una caja de surtidos
de la Dori-Dori.
Pau Navarro hace un gesto con el rostro de que
los dejen en la entrada y no muestra ninguna emoción en especial.
-Don Pau...hay también un tema clave...el
presidente de la Asociación de Vecinos...
-Era un agente infiltrado mío en la organización
de Gatito Malo, me hizo de cómplice en el rapto.
-¿Qué será de Gatito Malo don Pau, lo meterán
entre rejas?
-Estará en un correccional rodeado de cuatro figuras de cera de los payasos de la tele. Le producen pánico infantil y de ahí le garantizo que no se moverá...
El silencio sepulcral vuelve a la conversación de
los dos amigos sólo perturbado por las profundas caladas a sendos vegueros y
las escanciadas al Jack Danield´s Honey.
Tras varios minutos de silencio e introspección,
Ramón Gallart lanza una cuestión al investigador:
-Don Pau... ¿le queda usted tiempo para el amor?
Navarro hace círculos con el humo del puro y
tarda en contestar.
-El amor, don Ramón, no hay que buscarlo, hay que
hacerlo en las barreras que ha creado y construido uno mismo y que nos impiden
disfrutar de él.
-¿Otro whisky don Pau?
-Sí.
-¿Y una pastita de la Dori Dori?
-Gracias don Ramón...pero me producen acidez....
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