FIN DE SEMANA EN UNA CASA RURAL, tercera parte

 

Dormimos muy bien. Mi Señor Se despertó antes que yo. Se quedó mirándome cómo dormía. Así estuvo un buen rato así, a veces me acariciaba el pelo, con mucha suavidad para no despertarme. Fui abriendo los ojos, y Le vi sonriéndome, me acarició la mejilla y me dijo

- Buenos días Mi matique.

- Buenos días mi Señor.

- ¿Has dormido bien?

- Sí, mi Señor ¿y Vd?

- También matique, ven aquí, acércate más a mí.

Yo me acerqué y me besó, nos besamos. Cuando empecé a moverme noté cómo me dolía el cuerpo y me quejé, solté un quejido de dolor. Dejó de abrazarme y me dijo que me pusiese boca abajo en la cama. En la espalda no tenía nada, pero mi culo estaba empezando a ponerse moradito. Pero sí estaba dolorida, me dolía todo el cuerpo. Me puso de lado para besarme, me preguntó si así estaba mejor y Le dije que sí, y seguimos besándonos. Con Su mano en mi cabeza me indicó que bajara hacia Su miembro, y así lo hice.

Comencé a hacerle una mamada, jugando con Su miembro con un masaje suave pero estimulante, pasando mi lengua por Su glande. Yo empecé a excitarme, estaba a 4 patas y mi Señor tenía acceso a mi sexo y empezó también a jugar con el, acariciándolo lentamente, insistiendo en mi clítoris. Los dos gemíamos de placer. Yo jugaba con los alrededores de su ano, pasando mi dedo alrededor de el, metiéndolo un poquito de vez en cuando. Mientras introducía Su miembro en mi boca Él empezó a meter Sus dedos en mi vagina haciéndome gemir de placer. Cogió un vibrador bala y lo acercó a mi clítoris, otro pequeñito lo introdujo un poquito en mi ano… dios qué placer se sentía con esos dos vibradores en dos de mis agujeros y el tercero ocupado por Su miembro dándole placer a ÉL.

Me indicó que me pusiera encima de ÉL, metió Su miembro en mi vagina, notaba como entraba poco a poco, y empecé a moverme, subía y bajaba mi cuerpo, mis pechos lo hacían al mismo compás, empezó a jugar con mis pezones, tiraba de ellos y mi placer subía unos grados, me agachaba para besarle, ÉL rozaba mi culo, a veces lo notaba un poco más y soltaba un gemido de dolor que a ÉL Le excitaba.

Nos turnábamos en movernos, y cuando lo hacía ÉL notaba como Su miembro se clavaba en lo más hondo de mí, y aumentando la velocidad era más el placer, hasta que pedí permiso

- Mi Señor ¿tengo permiso para correrme?

- No, espera un poco matique.

- No puedo más mi Señor, no voy a poder parar el orgasmo.

ÉL continuó moviéndose, aún si cabe más rápido cada vez, y de pronto paró. Me abrazó con fuerza, me besó con pasión, con deseo, mordiendo mi labio y de pronto siento un empujón bestial y oigo “Córrete”, y fue vaciarme como una catarata, un orgasmo que me hizo gemir como una loca. Cuando creía que ya había terminado repitió el mismo movimiento y volví a correrme como si hubiese sido la primera vez, a ese siguió otro y la última vez que pasó también Se corrió ÉL. Era una mezcla de Su leche entrando en mí y mi catarata saliendo, era como nadar contra corriente.

Acabamos agotados, sudorosos, no podía levantar la cabeza de la almohada que había dejado junto a la Suya, jadeábamos, cuando pude me levanté y me coloqué al lado de Él, me acariciaba el pelo

- Gracias mi Señor, gracias… ha sido increíble.

- De nada matique, tú haces que todo sea fácil.

- Ayer lo pasé muy mal mi Señor.

- Lo sé matique, yo también pero ya pasó, ahora vuelves a ser Mi matique.

- Sí mi Señor.

- Vamos a la ducha y a desayunar que estoy hambriento.

Terminamos de ducharnos, nos vestimos y fuimos a desayunar.

En el comedor había una variedad de embutidos de la zona, yescas de pan junto a un tostador, tomates cortados a la mitad, zumos, café, leche, fruta, cereales, yogures.

Le serví el café, zumo de naranja y un par de yescas, untadas con tomate, un poco de sal, aceite de oliva virgen extra y jamón serrano. Yo me puse lo mismo, pero sólo aceite en la yesca. Desayunamos tranquilamente, en la terraza de la casa, al sol… hacía un sol espléndido, un día maravilloso para estar al sol. Disfrutamos del desayuno, repetimos café.

Volvimos a la habitación, recogimos un par de cosas y nos fuimos hacia el Spa del hotel Mas Passamaner que estaba a unos kilómetros del pueblo.

Llegamos, fuimos directos a la recepción, mi Señor entregó las reservas del Spa. Nos acompañaron hacia el, nos dieron unos albornoces, zapatillas y un gorro. Entramos en el vestuario, nos cambiamos, nos pusimos el bañador y el gorro.

Teníamos contratado un circuito termal relax del spa con baño turco, sauna, ducha ciclónica, pediluvio, piscina con cascada y chorros, fue un placer y una relajación para el cuerpo pero también para la mente. Disfrutamos de la piscina, la cascada en las cervicales te relajaba bastante. Jugamos en la piscina. Al terminar, nos pusimos los albornoces, nos pusimos las zapatillas, nos quitamos el gorro y nos sirvieron la comida allí mismo, al lado del ventanal.

Era una mesa de madera blanca donde ya se encontraban los platos, las copas, y una vela de aroma a lavanda. Las sillas también eran de madera blanca. Una imagen muy romántica, en un rincón del spa, que habían preparado especialmente para nosotros. Como siempre sentarme era un poco complicado pues me dolía bastante mi culo. Mi Señor pidió de entrantes un tartar de salmón marinado con teriyaki y lima y servido con blinis y mahonesa de eneldo fresco junto a una ensalada templada de codorniz escabechada, mango y granada con escarola y romesco. Como plato principal ÉL se pidió taco de bacalao a baja temperatura con su corteza, tomate cocinado poco a poco y espuma de alioli de manzana. Y para mí pidió arroz negro de salmonetes, sepia y ajos tiernos, elaborada con fondo de crustáceos y alioli de azafrán. Para beber agua. Un café fue el postre.

Después de comer nos fuimos un ratito a las tumbonas que habían allí, conseguimos ponernos los dos en una misma, tuvo la ocurrencia de tocarme el culo y solté un gemido de dolor, dolía bastante, motivo por el cual, al tener el cuerpo tan dolorido no pude darme un masaje de exfoliación, envoltura y masaje corporal. Un masaje muy relajante que sí Se dio mi Señor, yo a cambio me hice una limpieza facial deluxe. Cuando quisimos dar por finalizada la jornada eran las 7 de la tarde. Salimos y nos dirigimos a la casa rural.

Llegamos a la habitación, cerró la puerta y me cogió de la cintura, me besó, mientras me subía la falda, me acariciaba con pasión, como si llevásemos meses sin vernos, como si ya hubiese olvidado el despertar tan sexual que tuvimos. Me subió la falda hasta la cintura dejando mi culo al aire, apretó mis glúteos con las dos manos y cuando iba a soltar un gemido me dijo entre dientes “ni se te ocurra”, lo contuve en el último segundo. Me dio varios azotes que me hicieron estremecer, me tiró del pelo hacia atrás y me preguntó

- matique ¿de quién eres?

- De mi Señor Lawrence.

- ¿Qué eres matique?

- Su sumisa mi Señor.

- ¿Qué más matique?

- Su perra, su puta mi Señor.

- Ves a por Mi collar y la correa.

Yo fui rápidamente a por ello y Se lo entregué con la mirada baja. Me lo puso, enganchó la correa y me dijo

- A cuatro patas matique.

- Si, mi Señor.

Me puse a cuatro patas, cabeza levantada, cuerpo recto y a Su paso empecé a andar. Cuando ÉL Se paraba yo lo hacía al instante, cuando retomaba el paso yo lo hacía junto con ÉL.

- Me encanta verte así, como Mi perrita.

Me detuvo delante de la cama, ÉL Se sentó al borde de la misma, y empezó a acariciar mi culo, que ya estaba empezando a estar morado, algún cachete me dio. Se untó un dedo con lubricante y jugaba con mi ano, sabía que no me gustaba mucho pero fue muy cuidadoso, lo fue dilatando despacio y metió un vibrador bala pequeño, empecé a sentir mucho placer y con el vibrador en mi ano, mi Señor Se levantó. Se puso delante de mí, Se bajó los pantalones y el bóxer y me metió Su miembro en mi boca, empezó a masturbarse con mi boca, metiéndolo y sacándolo para que pudiera lamerle los testículos. Desde esa postura llegaba a mi ano, metía y sacaba el vibrador, los dos gemíamos de placer. Me permitió correrme, y lo hice de una manera bestial, y después Se corrió ÉL en mi culo, noté como Su leche corría de mi glúteo hacia mis piernas.

Cuando me dio permiso fui al baño a limpiarme, ÉL se subió el bóxer y los pantalones y se tumbó en la cama, cuando llegué del baño me llamó a Su lado. Me abrazó, me besó en la cabeza

- ¿Te ha gustado el spa matique?

- Sí mi Señor, ha sido relajante, lo necesitaba después de la noche que tuve.

- Yo me he quedado como nuevo, necesitaba este masaje.

- Mi Señor ¿Le puedo pedir una cosa?

- Claro, dime matique.

- Podemos cenar aquí, no me apetece salir.

- Sin problemas, cenaremos aquí, ¿prefieres que nos sirvan la cena en la habitación?

- No, mejor al restaurante.

- Llama para reservar mesa.

Llamé a la recepción del hotel y reservé una mesa para las nueve de la noche. Volví a Su lado y me quedé dormida. Pronto me despertó porque llegaba la hora de la cena. Nos arreglamos y fuimos al restaurante. Fue una cena suave, una Xató a compartir y una lubina a la plancha con guarnición de patatas al horno. Para mí pidió una cerveza sin alcohol y ÉL Se pidió un vino del Priorat blanco. De postre ÉL no quiso nada y para mí pidió un mousse de chocolate.

Regresamos a la casa rural y al entrar en la habitación cerró la puerta y……



Continuará...



El Spa: www.maspassamaner.com

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