Los
tres ayudantes de Pau Navarro para tan importante y delicada misión
están ya en el lugar de los hechos. Todos están en la frontera de
la anormalidad psíquica por uso indiscriminado de estupefacientes, y
han sido contratados por Navarro no sólo porque conocen al dedillo
los bajos fondos y los personajes de más baja estofa y ralea de la
ciudad, sino porque le sacan los gelocatiles y los supositorios
gratis de la Seguridad Social.
-Pau,
no has podido escoger mejores profesionales.-Le dice con sorna don
Ramón Gallart Guivernau, empresario y aristócrata ilerdense, que se
ha ido a tomar una copa con su amigo.
-Ya..
-¿Sin
hielo el whisky, no? -Pregunta Gallart nuevamente con tintes de
ironía.
Pau
mira al horizonte mientras silba “Free Carry On”, su canción
favorita de Dean Martin.
-Me
encanta que siga usted siendo tan tradicional para la bebida. Ahora
le echan hasta lentejas al Gin Tonic.
Don
Ramón y Pau Navarro no han abandonado el usted a pesar de llevar más
de 30 años de amistad.
-Postureo
don Ramón, todo postureo...
De
los tres ayudantes de Navarro el ciego es el que tiene más luces de
los tres... en realidad ve perfectamente, pero lleva unas gafas
ahumadas de pasta tan llenas de mierda que parecen oscuras, vende
números de lotería caducados y lleva siempre la bragueta bajada,
producto de hurgarse constantemente. El Marsi fue trilero toda la
vida en las Ramblas y cuando caía la noche, hacía chapas en el
parque de la Ciutadella, mientras que Limpiawaters, quizá el más
corto de los tres, lleva siempre una escobilla de los chinos con la
que finge hacer catas de artes marciales a menos que uno se lo
proponga. Los tres han estado en el psiquiátrico de donde han salido
a intervalos.
-
Don Pau...
-
Dígame don Ramón.
-¿A
qué postureo se refiere usted?
Navarro
se acomoda en su silla.
-Al
de la gente que, sin oficio ni beneficio, es todo fachada, a los que
se creen que saliendo en las fotos y estando en los lugares “chic”,
se consideran la élite o parte de ella, mientras que a los que
trabajamos realmente en la lucha contra el crimen, nos quieren hacer
creer que están un peldaño por encima de nosotros....
Pau
apura el whisky y se sirve otro...
-Sí...
Pau
bebe otro sorbo y se queda mirando absorto al horizonte...
-Debí
tomar este paso hace mucho tiempo, don Ramón.
Lo
primero que hacen los tres subordinados de Navarro al llegar al lugar
de los hechos es meterse directamente al bar de la esquina. En menos
de media hora se han zumbado dos botellas de coñac barato y una de
anís del mono.
-¡¡¡¡Queggg
nadieggg… se muevagggg!!!! Brama Limpiawaters con la voz gangosa y
apuntando con la escobilla a toda la reunión de vecinos con una
cogorza más que importante.
Se
oyen murmullos de desconcierto entre la vecindad...
El
ahora doblemente ciego se pega cantazos contra la pared mientras
intenta meter mano al presidente de la Asociación de Vecinos, el
Marsi ha robado ya tres carteras y dos bolsos mientras que
Limpiawaters pelea en encarnizada lucha con un niño vestido de Darth
Vader.
Antes
de que nadie pueda reclamar que ocurre, se oye una voz templada y
profundamente modulada que hace callar el jolgorio de la multitud.
Todos se giran al unísono y entre la concurrencia, sobre todo la
femenina, hay aullidos de admiración y aprobación.
-No
se os puede dejar solos...
La
marcial estampa de Pau Navarro, colocándose la americana con
celeridad, hace entrada en el establecimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queremos saber de ti.