EL MISTERIO DE LAS BRAGAS ROBADAS. Capítulo 1. GATITO MALO.


Llega el momento de seguir la historia que la imaginación de Rubén Olivares Rosell nos trae para disfrutar los días que nos quedan de encierro.

-Sniffffffffffffffffff.
La esnifada es larga y profunda, sentida y relamida. Gatito Malo apura el aroma de unas bragas y los ojos se le salen de las órbitas, de la comisura derecha le sale un hilillo de baba ácida y de vez en cuando suelta uno o dos grititos de esos que dan tanta rabia escucharlos. Cuando termina, se queda como en trance y de un gesto impulsivo coge otra braga y vuelve a repetir la misma operación que le produce las mismas consecuencias. Así se puede tirar horas, días e incluso semanas.
-Qué asco de pavo.
-Pues es tu jefe. Y tiene más pasta de la que tú y yo tendremos en la puta vida.
-Ya...
Gatito Malo es un ser abyecto y feo como un demonio, un híbrido entre Paquirrín, Mauricio Colmenero y Álvaro Vitali y para más inri, con micropene. Gatito Malo únicamente vive para esnifar bragas que le proporcionan sus subordinados. En los pocos momentos de lucidez que tiene, unos diez minutos al día más o menos, se dedica a dirigir una mafia internacional que incluye el juego, las tragaperras, los casinos, los bingos y la Grossa de Nadal.*
-Qué asco me da este pavo...
-Y por qué no se lo dices a la cara. ¿Porque es el jefe?
-Yo...es que...
-Ya veo ya...
Gatito Malo está con los ojos en blanco, babeando y diciendo frases inconexas mientras sus subordinados le traen capazos enteros de bragas usadas sustraídas que huele hasta perder el conocimiento. Su pervertida adicción hace que la ciudad se dé la alarma general porque las señoras ya no tienen ropa interior.
-¿Y por qué no le ponemos gallumbos?
-No es lo mismo.
-Pues ya cansa tener que descolgarse por los balcones a robar cestos de ropa sucia.
-Con lo que te paga tienes que estar contento. El resto del día no das un palo al agua...
-Tienes razón...
Gatito Malo sigue dejándose la vida y el alma en cada esnifada. Es un enfermo y un pervertido, pero tiene pasta, que es lo que realmente importa y por eso trae locos a sus subordinados que temen sus represalias si no tiene un capazo hasta los topes de ropa interior.
Se provoca un revuelo a nivel nacional ya que la ropa íntima empieza a escasear. En los mercadillos se venden a precios desorbitados y se están convirtiendo en un artículo de lujo.
-¿200 euros unas bragas? Usted está loca.
-Nenaaaaaaaa que me las quitan de las manoooooooos.
Los caprichitos de Gatito Malo superan ya lo mentalmente razonable. Por la noche, en otro de sus delirios, uno de sus empleados le tiene que poner un titín, un pijama rosa de felpa de la Brigada Canina y un chupete para que el señor adecue bien los buenos sueños.
-Gu gu gu gu gu
-Es que lo tiene todo el pedazo de...le reventaría la...
-¿Le has dado el mimito después de ponerle el chupete?
-Sí...
Una sonrisa irónica e imperceptible se dibuja en el empleado que ha formulado la pregunta.


* Lotería de Navidad de Cataluña.

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