Una de las cosas que desea cualquier hombre es probar con su
pareja el sexo anal y para aquellos que aún no lo han hecho va destinado este
artículo. Podría dar consejos desde la experiencia pero para dar información
más general he decidido buscar en la red y no en cualquier página, en sitios
hecho por mujeres y destinado a mujeres. ¿Y por qué? Para saber que es lo que
piensan y desean ellas cuando surge el tema del sexo anal.
Hay estadísticas que indican que el 10% de los hombres y
mujeres tienen sexo anal de forma habitual. También indican que un gran número
de mujeres rechazan esta práctica por temor al dolor o por recelos higiénicos.
Aquellas que han practicado sexo anal dicen que es una
práctica placentera, siempre y cuando se haya realizado correctamente. Hay que
tener en cuenta que los músculos orgásmicos y todas las terminaciones nerviosas
que se ponen en juego durante el acto sexual incluyen el ano, cuyo borde se
convierte en una parte súper sensible cuando se estimula ya que, después del
clítoris, el ano es la zona con más terminaciones nerviosas del cuerpo. No hace
falta que haya penetración para que ella disfrute, con besos y caricias se
puede conseguir dar placer. Hay quien puede llegar al orgasmo siendo penetrada
por atrás pero eso depende de cada mujer y de la excitación previa que tenga.
Imagen extraida de www.postalesporno.es |
Antes de querer penetrar a nuestra pareja hay una cosa muy
importante que no se puede olvidar: si ella no quiere ser penetrada no hay que
forzar la situación. El sexo para ser placentero siempre tiene que ser
consentido.
A pesar de que la apertura de los esfínteres es más estrecha
que la vagina hay que descartar la idea de que la penetración anal siempre
duele. El dolor es sólo indicación de que el ano no está bien relajado, por
ello siempre es necesario dedicar tiempo a su estimulación para ayudar a su
dilatación, se puede conseguir con los dedos, masajeando la zona exterior del
ano y el perineo (la zona que se encuentra entre la vagina/testículos y el ano)
o con algún juguete específico para el sexo anal con un diseño que impide que
éste entre completamente. Si utilizas cualquier otro artilugio puedes acabar en
el hospital.
Para evitar el dolor también hay realizar el acto de
penetración con suavidad. El tamaño del esfínter es bastante similar en las
personas en cuanto a sus dimensiones, sin embargo hay quienes tienen mayor o
menor tensión en esta zona.
Recuerda: relajación y estimulación. Para ello los juegos
previos son tan fundamentales como lubricar la zona.
La vagina se auto lubrica, el ano no. Si penetramos sin
dilatar previamente y sin lubricar se puede llegar a producir lesiones. Para
lubricar tienes una gran variedad de productos, yo te recomiendo los que son
específicos para relaciones anales, basados en silicona que hacen que la
lubricación dure más. Y nunca está de más usar el lubricante necesario tanto en
el ano, como en el pene, o como en los dedos si los usamos. También los hay que
incluyen productos que ayudan a la dilatación, por si los juegos previos no han
sido suficiente. Para casos extremos hay productos anestésicos aunque no es
conveniente el uso continuado de los mismos, tu pareja no sentirá nada aunque
le produzcas alguna lesión pero a cambio su cerebro asimilará la relación anal
como algo normal.
Si nuestra pareja no ha evacuado al menos una hora antes de
practicar sexo anal puede tener el reflejo de cerrarse al notar algo en el ano.
Si el tema higiénico es un impedimento se puede solucionar
limpiando el ano con agua y jabón, y si queremos más higiene se puede limpiar
el recto con artículos específicos.
Todas las posiciones sexuales son válidas para practicar
sexo anal aunque es recomendable que sea tu pareja quien elija una postura
cómoda donde pueda controlar la penetración y marcar el ritmo. La clave es empezar
muy suave hasta que el pene se haya adaptado y luego ir aumentando la velocidad
de empuje sin llegar a sacar el pene. Se puede empezar penetrando uno o dos
dedos para ayudar a la dilatación. Para hacer más placentera esta práctica
puedes estimular durante el acto el clítoris de tu pareja, con lo que puede
provocarle un orgasmo que se hace más intenso por el hecho de que el pene
interfiere en las contracciones del esfínter del ano. La extracción del pene ha
de ser con la misma suavidad que se usó al penetrar.
También es recomendable el uso de preservativos, más que
nada por tema de higiene y, por tema de higiene, no es nada recomendable
realizar una penetración vaginal después de una anal, a no ser que cambiemos de
preservativo. Si no usamos preservativo hay que lavarse bien el pene tras
acabar la relación anal, se vaya o no a penetrar vaginalmente, se puede
arrastrar bacterias del recto.
Tampoco es recomendable tener sexo anal si nuestra pareja
sufre de hemorroides, tiene fisuras en el recto o sufre de cualquier otra
patología anal.
Después de practicar varias veces sexo anal el cuerpo de tu
pareja establecerá una relación ano/placer que hará que las próximas veces sea
más cómodo y rápido para que los dos podáis realizar esta práctica de forma
placentera.
Al final de todo, una cosa que nunca se ha de olvidar: el
ano no es igual que la vagina.
Como curiosidad sabed que en algunos lugares de Estados
Unidos el sexo anal es ilegal, y que el punto G de los hombres se encuentra en
la zona anal.
¿Alguna duda más??
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